CLAUDIA CÁRDENAS

Desde hace años, cuando vi la primera charla TED en inglés quedé fascinada por la potencia de los argumentos y la proximidad de los Speakers, removieron creencias. Escuché temas de personalidad y de ciencias y dije WOWWWW esto es una verdadera revolución, la revolución de las ideas. Me latió el corazón. Hace unas semanas cuando recibí la invitación a subirme a dar mi propia charla, casi se me sale el corazón del pecho, esa fue la sensación que tuve. Aún no dimensiono todo lo que será compartir con mis compañeros de jornada este 23 de junio en Coatzacoalcos, pero sé que lo mejor está por venir, ya que voy a hablar de algo que me apasiona y que creo tengo la responsabilidad de poner en redes, acerca de que los EMPLEADOS NO SON (NI SERÁN) EMBAJADORES DE SU MARCA EMPLEADORA

Para mi es un gran honor y responsabilidad, compartir mis ideas en este escenario, ya que creo que pueden ayudar a tener un enfoque más humano y pueden ayudar a construir un mundo mejor.

¿La sensación que tengo? Igual a la primera vez que volé en avión. Tenía 4 años, vivía en una ciudad costera que eternamente (360 días al año) está nublada. Estaba con mis piernas colgando del asiento y luego de un movimiento, pasamos las nubes -ese colchón de algodones - y vi la luz del sol brillar de verdad, por primera vez. Así me siento, como una niña, con todo por descubrir con esta oportunidad asombrada y feliz.